Cristina
lo hizo. Moreno ayudo
Las
erróneas políticas trigueras del Gobierno han hecho perder al país, a los
productores y a los consumidores tanto dinero como la seguridad del pan en la
mesa, sin que ningún funcionario se haga responsable por ello. Sabemos
claramente que esto no hubiera sido posible sin la inestimable colaboración del
Señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires –donde se cultiva el 60 % del
trigo- y de su Ministro de Asuntos Agrarios Gustavo Arrieta, quienes nada han
hecho para impedir esta situación.
Los
consumidores han quedado rehenes de un relato de ficción sobre el cuidado de la
mesa de los argentinos, mientras han tenido que pagar cada vez mas caro el pan
sin otra justificación verdadera que es la que provoca la intervención
gubernamental en los mercados, y una inflación que eleva los costos productivos
de la actividad.
El Gobierno
produjo un escenario en el que los molinos se aprovechaban de los productores
pagándoles el menor precio posible de trigo y al mismo tiempo debían financiar a
la industria molinera, mientras el precio del pan subía sin
pausa.
Como
corolario de esta nefasta política, el productor, ha ido dejando de sembrar
trigo por falta de rentabilidad y el consumidor –otro rehén de estas nefastas
políticas- tiene que dejar de comprar el pan de todos los días por el
desorbitado precio que conlleva, dejando en evidencia lo poco que le importa a
este Gobierno la “mesa de los argentinos”, un cliché propagandístico y
marketinero que lejos esta de internalizarse en sus funcionarios y que sólo
pretende enmascarar las protecciones del Gobierno a determinados eslabones de la
cadena.
El
productor perdió, el consumidor perdió y el país perdió. Desde CARBAP
advertimos una vez más que dada la gran caída del área sembrada del trigo,
este cereal hoy no admite retenciones ni la implementación de un complicado y
poco creíble sistema para devolver retenciones mediante un fideicomiso. De
persistir las mismas políticas y mantenerse los actuales precios internacionales
el área de siembra continuara viéndose disminuida, y todos los argentinos
seguiremos perdiendo.